Desde ya hace algún tiempo, en la farmacia no sólo vendemos pastillas y jarabes para curar enfermedades, sino que tenemos una gran variedad de productos para mejorar nuestra salud y hacer más agradable nuestro día a día. Desde productos de belleza a productos de ortopedia y muchos artículos orientados a la prevención. Algunos de los productos que podéis adquirir en nuestra farmacia llaman poderosamente la atención de algunos clientes. Muchos incluso no entienden que hacen en una farmacia. Estamos hablando de las bolas chinas. Si no sabéis de que os hablo, son una herramienta que, cada vez más, está siendo recomendada por los fisioterapeutas, matronas y ginecólogos para ayudar al fortalecimiento del suelo pélvico. ¿Seguís sin saber de qué os hablo? Vamos poco a poco.
SUELO PÉLVICO
El suelo pélvico está formado por los músculos y ligamentos encargados de sostener los órganos pélvicos (vejiga, útero y recto) en la posición adecuada para su normal funcionamiento, y ayudar a los esfínteres a cumplir su misión. Si estos músculos y ligamentos pierden su tonicidad es cuando aparecen problemas de prolapsos o incontinencias. Hay varias maneras de mejorar el estado de nuestro suelo pélvico para que estos problemas no lleguen, o tarden en aparecer el mayor tiempo posible, como ejercicios o herramientas más o menos sofisticadas. Hoy hemos elegido contaos cómo las bolas chinas pueden ayudarnos.
Hay muchos tipos distintos, pero lo que las caracteriza es su forma esférica y que, en el interior, hay una pequeña bola que se mueve y produce pequeñas vibraciones cuando se llevan puestas.
QUÉ CONSEGUIMOS CUANDO LLEVAMOS BOLAS CHINAS
La bola, una vez introducida en la vagina, hace que, de manera inconsciente, nuestro cuerpo reaccione e intente retenerla para que no caiga. Ya estamos ejercitando nuestro suelo pélvico sin casi darnos cuenta. Además, como hemos dicho antes, la pequeña bolita que llevan dentro, hace que, con el movimiento, se produzca una vibración que se transmite a las paredes de la vagina, y genera una reacción de aumento de flujo sanguíneo y lubricación. Así que tenemos un tres en uno! Nuestros órganos internos y esfínteres estarán en su sitio y funcionando perfectamente, y ganaremos lubricación, lo que mejorará nuestras relaciones sexuales.
QUIÉN PUEDE UTILIZARLAS
Como estamos hablando de su función de prevención y mejora de la calidad de vida, vamos a recomendarlas para mujeres sanas de cualquier edad. Sobre todo para mujeres que estén pensando en quedarse embarazadas, ya que un suelo pélvico fuerte ayudará durante el embarazo a llevar el peso, durante el parto la elasticidad de la vagina puede disminuir el riesgo de desgarros, y en el postparto a una recuperación más rápida.
También especialmente a mujeres próximas a la menopausia para evitar posibles prolapsos o incontinencias y problemas de lubricación. Y a mujeres que practiquen deportes de impacto o tengan que cargar peso habitualmente, ya que esto puede repercutir en que su suelo pélvico se debilite.
QUE BOLAS CHINAS ELEGIR
Lo primero que debemos tener claro es el material: prohibido materiales porosos ya que la higiene es fundamental. Lo mejor es la silicona y es importante que sea libre de ftalatos. Y atención al cordón para poder extraerlas o que las une; debe ser del mismo material.
En cuanto al peso, es mejor empezar con las más ligeras y, conforme se vaya notando que hay que hacer menos presión para retenerlas, se puede ir aumentando. Hay marcas que tienen varios pesos e incluso se pueden unir entre ellas conforme se va progresando.
Y AUN HAY MÁS
Con sólo llevarlas puestas mientras caminamos, estamos tonificando nuestro suelo pélvico sin que nadie se de cuenta, pero también podemos «hacer pesas» con ellas. Podemos aumentar no sólo la tonicidad, sino también la fuerza de estos músculos haciendo ejercicios con ellas intentando elevarlas al contraer, mantener la contracción y relajando pero sin dejar salir las bolas. Pero ésto ya es para subir nota!
CÓMO UTILIZARLAS
Aunque al comprarlas nos puedan parecer grandes, están diseñadas para que se puedan introducir sin problemas y que queden en su sitio (las más pequeñas suelen ser para mujeres que ya han utilizado previamente bolas chinas más grandes). Como ya hemos dicho antes, la higiene es fundamental, así que antes de utilizarlas hay que lavarlas, bien con agua y jabón, o algún producto específico para este fin. Una vez limpias y secas se puede aplicar un lubricante de base acuosa para facilitar la introducción, que sería parecido a cómo se introduce un tampón, dejando el cordón fuera para poder recuperarlas cuando hayamos acabado el ejercicio.
La postura no tiene que ser una determinada, pero, la primera vez puede ser más fácil si se hace estando recostada. Si al ponernos de pie la bola sale sola y no la podemos retener no hay que alarmarse ni desesperarse; se puede empezar a ejercitar el suelo pélvico introduciendo la bola recostada y estirando suavemente del cordón con la mano intentando retenerla. Poco a poco nuestro suelo pélvico irá ganando fuerza y conseguiremos sujetarla fácilmente. De todas formas, puedes consultar con un especialista por si el suelo pélvico está demasiado débil.
Si hemos conseguido controlarlas, lo recomendable es ir llevándolas menos tiempo al principio y, conforme vayamos estando más cómodas aumentar el tiempo; por ejemplo 10 o 15 minutos andando con ellas dos o tres semanas y luego llegar hasta 30. Y empezar días alternos hasta llegar a utilizarlas todos o casi todos los días.
Como estamos ejercitando un músculo, al principio, o cuando vayamos aumentando el tiempo, pueden aparecer agujetas; no hay problema; se descansa unos días y se vuelve a la rutina anterior al cambio una o dos semanas más antes de volver a intentar aumentar.
Igual que antes de introducirlas, también es muy importante lavarlas cuando terminemos de utilizarlas y guardarlas una vez bien secas.
Y si tenéis alguna pregunta, no dudéis en consultarnos.
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