¿Cuánto hace que no revisas tu botiquín?

El botiquín es una de esas cosas que van acumulando productos y que, cuando lo necesitas, muchas veces no encuentras lo que buscas. Lo aconsejable es revisar de vez en cuando lo que tenemos, desechar lo que no nos sirve y reponer lo que se ha gastado o incorporar cosas que podamos necesitar.

Lo primero que hay que pensar es que no es lo mismo el botiquín que tenemos en casa, el que llevamos en el coche o el que metemos en la maleta cuando nos vamos de viaje. Incluso, depende del tipo de viaje que hagamos, no sólo a dónde, sino también cómo, cada botiquín debe ser diferente y ajustarse a lo que puntualmente podamos necesitar.

Hoy nos centramos en el botiquín que solemos tener en casa, pero básicamente las cuestiones que vamos a revisar sirven para todos. Repasaremos primero un par de cuestiones sobre el continente, y luego los cambios que ha habido sobre el contenido.

continente

Cuando habéis necesitado el botiquín, ¿os ha sido útil el lugar donde lo teníais guardado? ¿Es fácil de coger y abrir?. Ahora venden armarios fantásticos con llave que se pueden colgar en la pared a una altura elevada, pero es más práctico que el botiquín sea una caja ligera, que se pueda cerrar bien, y que también sea cómoda de abrir: si estamos con hielo sobre un golpe o presionando una herida que sangra, lo que menos nos va a apetecer es tener que ir buscando llaves o que el acceso al botiquín sea complicado. Es importante que, si hay niños pequeños, no puedan llegar a él, pero sería bueno que los niños mayores supiesen dónde está y para que sirve cada cosa.

Recordad también que es recomendable es que se encuentre en un lugar que no tenga grandes cambios de temperatura, ya que los medicamentos es mejor conservarlos en un lugar fresco y seco, por eso sería mejor que no se guardase ni en el baño ni en la cocina.

contenido

Lo primero sería sacar todo y mirar las fechas de caducidad de todo lo que contiene. Es importante revisar ésto, ya que un medicamento o un producto fuera de fecha puede que no tenga el efecto que necesitemos cuando lo vayamos a aplicar. Toooodo lo que esté caducado, en mal estado, vacío o ya no vayáis a utilizar nos lo traéis a la farmacia para depositarlo en el punto SIGRE. NO LOS TIRÉIS NUNCA A LA BASURA, ni siquiera a los contenedores de papel y cartón, o vidrio!!! Puede parecer una tontería, pero lo mejor es que todo lo relacionado con los medicamentos sea reciclado a través del punto SIGRE. No separéis las cajas de cartón, los blister vacíos, los botes de cristal… os ahoráis un tiempo y, si va cada producto en su envase original es más fácil darles el tratamiento correcto: así todos estos residuos recibirán el tratamiento medioambiental adecuado, evitando que puedan dañar nuestro entorno.

Cuando ya hayáis quitado todo lo que no sirve, hay que revisar qué tenemos, porque, por ejemplo, en el tema de los antisépticos, las cosas han cambiado en los últimos años. A la hora de tratar las pequeñas heridas, lo primero es lavarlas con agua y ¿después?utilizar un antiséptico (no confundir con desinfectante: hablamos de desinfectantes para superficies, y de antisépticos para tejidos vivos), pero ¿cual es que tenéis en vuestro botiquín?

• ¿Alcohol? Aunque es la opción que se utilizaba antes, ahora está desaconsejado. Es cierto que es muy eficaz contra bacterias (aunque no contra los virus) pero tiene un efecto «quemadura» sobre la herida, secando los bordes y retardando su cicatrización, se inactiva en presencia de sangre y pus, forma una costra debajo de la cual pueden acumularse bacterias y causar una infección, y, por último ¡lo que escuece!. Pero, si tenéis alcohol no tenéis que traerlo al punto SIGRE; lo podéis utilizar para limpiar la piel sana (las manos antes de tocar una herida si no da tiempo a lavaos o no hay agua y jabón) u objetos que vayan a entrar en contacto con una herida o con algo que vayáis a aplicar a la herida (pinzas o tijeras).
• ¿Agua oxigenada? También muy utilizada durante mucho tiempo, pero tampoco es una buena opción para las heridas, ya que, aunque estimula la coagulación sanguínea, esto mismo hace que se retrase la cicatrización por falta de flujo sanguíneo, además también destruye el tejido cicatrizante que que está produciendo, y su efecto antiséptico es bajo. Si tenéis agua oxigenada, mejor usarla para blanquear de ropa; no es broma, probadlo!
• ¿Mercurocromo? También de uso habitual antes pero se ha demostrado que es uno de los peores antisépticos que hay ya que es de baja potencia, también se inactiva en presencia de sangre y, el mercurio, al absorberse por la piel, puede producir problemas renales.
• ¿Povidona yodada? También se usó durante un tiempo, sobre todo en hospitales, pero ahora se ha detectado que el yodo también se inactiva en presencia de sangre y exudados, y daña el tejido de regeneración que se produce tras una herida, por lo que entorpece la cicatrización. Además se absorbe por la piel, por lo que está desaconsejado su uso en lactantes.
• ¿Clorhexidina? ¡BINGO! Es un antiséptico que acaba con gran variedad de gérmenes, su acción es prolongada (desde los 20 segundos de aplicarse hasta 6 horas) y no se inactiva en presencia de sangre u otra materia orgánica. Tiene la ventaja de no producir irritación y, además no es absorbido por la piel, aunque no deber ser utilizada en los oídos ni entrar en contacto con los ojos. Además de ayudar a limpiar heridas o quemaduras, en odontología se utiliza para eliminar la placa bacteriana.

Y, para finalizar, otra cosa que ha cambiado han sido los termómetros: desde el 10 de abril de 2014, no pueden fabricarse ni venderse termómetros de mercurio en la Unión Europea, (aunque dejaron de venderse en España en 2009), ya que el mercurio presenta un riesgo para la salud humana y el medio ambiente, y además existen dispositivos alternativos. ¡Y muchos! Yo creo que el tema de los termómetros puede dar para otro artículo, así que, si os interesa, más adelante haremos uno.